Bueno, he estado en mi casa para
dos meses ahora y todo ha salido genial!
He estado mejorando mucho y me alegra decir que tratamiento está
funcionando. (Tengo mucho apoyo aquí en
casa para ayudarme). No es lo que
quería, pero es lo que el Señor quiere y prefiero seguir su plan en lugar de mío. Sabe mejor que yo.
Durante este tiempo la realidad
de mi situación ha sido más clara para mí.
Lamentablemente la problema en mi espalda es un poco peor que pensé en el
principio. Yo esperaba que mi enfermedad
no fuera tan mala como es, pero lo bueno es que me recuperaré totalmente con
tiempo nada más. Yo debería estar mejor
y funcionando dentro de los próximos meses y cualquier otro tratamiento hago despues
será para mantener lo que ya he hecho con mi quiropráctico.
He pensado mucho en cómo voy a
terminar mi mission. A pesar de que me
encantaría regresar al campo como una misionera de tiempo completo, he pensado
en esta escritura: “Y mirad que se hagan todas estas cosas con prudencia y
orden; porque no se exige que un hombre corra más aprisa de lo que sus fuerzas
le permiten” (Mosiah 4:27). Lamentablemente,
no tengo la fortaleza necesaria para ser una misionera de tiempo completo. Pero también pienso en una otra escritura,
“Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos
los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe
en mí, entonces haré que las cosas débiles sean Fuertes para ellos” (Éter
12:27). El Señor sabe lo que necesito y
me da fuerza cuando estoy débil.
Sinceramente estoy agradecida por esta oportunidad aprender y sé que
esto es lo que el Señor quiere para mí.
Entonces ¡ahora tengo otros planes!
Hay muchas cosas que hacer en la iglesia y si no puedo trabajar en Chile
voy a hacer algo diferente! En Noviembre
comenzaré una misión de tiempo parcial para Family Search en el internet y trabajaré
de mi casa mientras termino mi tratamiento.
Estoy emocionada para terminar mi misión y estoy agradecida para saber
que el evangelio es para ellos que viven y para los muertos. En verdad, no es lo que imaginé hace un año
cuando entregué mis papeles misionales y definitivamente no es lo que quise,
pero debe ser lo que necesitaba. El Señor
me ha bendito más que merezco. Estoy tan
agradecida y me humilla para servir a Él en su obra gloriosa para sus
propósitos eternos, no importa lo que sea el servicio.
Quizás no tenga yo que cruzar
montañas ni ancho mar;
quizás no sea a lucha cruel
que Cristo me quiera enviar.
Mas si Él me llama a sendas que
yo nunca caminé,
confiando en Él, le diré: Señor,
a donde me mandes, iré.
Sé que es verdad, y iré donde
quiera porque esta iglesia es verdadera y la obra es de Él.
Con much cariño,
Hermana Wood